Todas las relaciones de pareja pasan por lasmismas etapas. El enamoramiento tonto del principio, conocerse y descubrir los defectos,el momento de plantearse algo serio, las primeras discusiones… Hay cosas buenas y malas, escomo el sarampión o las paperas, hay que pasarlas una vez en la vida. En mi caso llevaba casi dos años con Miguel,todo eso estaba superado. Pero había un paso que fuimos posponiendo y que nos tocaba afrontar.Presentarme a sus padres. Bueno, de hecho a su madre ya la conocía, habíamos coincididoalguna vez al ir a buscarlo. Cruzamos un par de palabras y me cayó bien, era muy simpática.Pero con su padre sabía que no lo iba a tener tan fácil. Me había hablado de él muchas veces. Quees buena persona, pero tiene un carácter... un poco difícil. Que si le caes bien, seportará contigo como un amor. Pero si te cruza puede ser tu peor enemigo. Pensaba queexageraba, pero por algunas anécdotas que me contó, entendí que era mejor esforzarmepor gustarle. Así que hice los deberes. Pasé una tardeentera interrogando a Miguel sobre su padre y apuntando mentalmente sus gustos y manías.No es que fuese a mentir ni aparentar delante de él… Pero todo el mundo quiere gustara los padres de su pareja. Y yo estaba dispuesta a conquistar a ese hombre. Miguel pensó que lo mejor era comer los tresjuntos y buscar una excusa para dejarnos solos y que nos conociéramos. Repasando mi dossier,se me ocurrió el plan perfecto. Sabía que era un cinéfilo, así que le invité a laproyección de una película clásica en la Filmoteca. Pasaríamos un buen rato juntos,pero durante la película no tendríamos que hablar. Eso sí, me tuve que aprender todala filmografía del director para poder seguirle la conversación. Fue todo un éxito, la película era de susfavoritas y le encantó que tuviésemos gustos en común. Tanto que no tardó en llamarmepara volver a quedar, con la excusa de un nuevo film. No me atraía nada el plan, perono podía decirle que no, decepcionaría a Miguel. Así que empezamos a quedar cada vezmás a menudo. Tuve que convertirme en una experta en cine clásico, música jazz y hockeysobre patines, que eran sus aficiones. Y mi novio pasó de estar encantado a enfadarseconmigo porque pasaba más tiempo con su padre. Como estaba jubilado, me llamaba a todas horaspara hacer planes. Empezó a tomar confianza conmigo, demasiada, y a contarme sus penasy alegrías. Incluso algunas intimidades que prefería no saber. De pronto mi intuición femenina me puso alerta.Esas confesiones, las invitaciones y regalos que me hacía… ¡Empecé a sospechar quese estaba enamorando de mí! Sin darme cuenta me había convertido en la pareja de un sesentero.Pero descarté la idea por absurda, llevaba más de 30 años casado y era el padre demi novio, no podía haber perdido así la cabeza. O sí. Me di cuenta de que subestimé completamentemi atractivo cuando una noche en un restaurante, entre velas y música de jazz, se me declaró.Yo me quedé de piedra y por primera vez en mi vida no supe qué responder. Simplementeacabé mi copa de un trago y me fui de allí sin despedirme. Habíamos ido demasiado lejos, tenía querecuperar mi vida y mi pareja. Dar el paso y cortar con mi suegro. Pero con cuidado parano perder también a Miguel. Hablé con él, intentando explicarle que de alguna maneraentre su padre y yo había surgido una conexión “demasiado” especial, y no podíamos seguirpor ese camino. Pensó que le estaba tomando el pelo, pero por suerte supo encajarlo bien,sin guardarle rencor a ninguno de los dos. Sin embargo mi suegro no se tomó tan bienla noticia. Los primeros días hizo como si nada, siguió llamándome para intentar vernos,y yo dándole largas. Lo tenía todo el día detrás y no sabía cómo quitármelo de encima.Por suerte al final pudo asimilarlo sin que la cosa llegase a más, y me dejó en paz. Todo volvió a la normalidad y ya sólo coincidimosen ocasiones especiales con más gente. Como en mi cumpleaños hace poco, me prepararonuna fiesta sorpresa con la familia y amigos. Curiosamente Miguel se pasó toda la tardecharlando con mi madre entre risas y juegos. Creo que intenta darme celos con ella. Queasco de vida. ¿Tu vida también es un asco y quieres compartirlocon nosotros? Envíanos tu historia al correo “historiasqueascomivida@gmail.com” y note olvides de seguirnos en nuestras redes sociales para saber si eres el protagonistade nuestro siguiente vídeo.