¡Hello melones! Otro día más, otro mito menos. Que alegría, por favor. Como os contamos la semana pasada, estamos en un mes muy especial: MOVEMBER y lo tomamos como la excusa PERFECTA para hablar más en profundidad de la sexualidad masculina… que tela, tiene mucha para cortar. Hoy traemos un tema… calentito calentito. Pero antes, recuerda suscribirte a nuestro canal y activar la campanita de notificaciones para no perderte nada. Y, además, de seguirnos en Instagram, porque tenemos muchas cosillas de las que hablar. El ideal de sexualidad masculina es ese hombre “empotrador”, “semental”, con una sexualidad muy activa y dominante. Y de eso nos enseñó mucho Hollywood: tanto Brad Pitt en Señor y Señora Smith, tanto Michelle Morrone en 365 días… si es que… ¿cómo no pensar eso si teníamos esos referentes? Y ojito, que no son los únicos… es un rol que hemos visto bastante en la pornografía, con el butanero que viene a mirar el gas, o el secretario de turno en la fotocopiadora… al final, el patrón es el mismo: hombres super musculosos y con erecciones interminables, que saben como hacerlo. Vamos que lo saben todo sobre tú placer y el sexo… vaya maravilla Mari Carmen. Lastima que esto está más alejado de la realidad que los personajes de Avatar. Lo que nos pasa es que como no tenemos una educación afectiva y sexual que desmitifique esto, crecemos pensando que así es la verdadera masculinidad y que hay que asumir ese ideal, ya que eso es lo que se espera de “un hombre de verdad” y en definitiva que eso es tener sexo. Pero la realidad… es otra: ni todos los hombres son empotradores, ni todas sus parejas quieren ser empotradas. Si te pensabas que en este vídeo te íbamos a enseñar cómo ser un empotrador, así, en 5 pasos, que va, nada más lejos de la realidad. Lo que queremos es hacerte pensar… preguntarte: ¿quieres ser un empotrador? Y eso… ¿qué significa: ser bueno en la cama? ¿Qué pasa, que si no coges a tu pareja en brazos y la estrellas contra una pared no eres bueno en la cama? Nada que ver… el placer no está ahí, o bueno, no sólo ahí. Es más divertido dejarse llevar, tocar, lamer, preguntar… La verdad de este modelo de sexualidad y de masculinidad es que es irreal y no tiene porque encajar con tus gustos y preferencias sexuales. Y la realidad es que eso genera frustración y problemas de autoestima. Así que deja de intentar encajar en un formato que no está hecho para ti… ni para nadie en especial. ¿Cómo te has quedado? ¿Te ha gustado? Si es así, activa la campanita porque la semana que viene nos volvemos a ver por aquí, el mismo día a la misma hora para desmentir otro mito de la sexualidad masculina. De mientras, échale un ojo a nuestro Instagram que viene bien cargadito este mes. ¡Chau!