Me llamo Diego y tengo 17 años. Nunca hetenido demasiado interés en el amor hasta que una chica llamó mi atención en Youtube,pero... digamos que salió muy mal. Veréis... Mi vida es bastante tranquila, vivo con mispadres y mi hermana Adriana, que tiene 15 años. Nuestra relación no es demasiado cercana,nos queremos mucho pero somos totalmente diferentes. La veo como una niña mimada y caprichosaque sólo piensa en ropa y en sus amigas. Estoy acabando el instituto y mi sueño esser músico, toco la guitarra desde los 8 años. Mi artista favorita es Billie Eilish,de hecho me paso bastante tiempo comentando sus vídeos. ¡No me canso de participar enforos sobre ella, y compartir mi admiración con otra gente!Fue en su canal de youtube donde empecé a interesarme por una chica. Una usuaria connombre "Mysterious girl" decía cosas súper graciosas, cada vez que entraba la buscabapara ver lo que había escrito. Como yo, mantenía su identidad en el anonimato.Después de unas semanas leyendo sus comentarios me decidí a buscarla en otras redes, perola verdad no tuve suerte. Parecía un perfil creado sólo para eso, la foto y el nombreno daban ninguna pista acerca de su identidad o la manera de contactar con ella. No ibaa escribirle algo que todo el mundo pudiera leer, ¡Qué vergüenza!La oportunidad surgió unos días después de renunciar a localizarla. Estaba en un forocomentando el último videoclip de un grupo y la ví. Estaba online en el chat privado!Era mi oportunidad así que abrí la pestaña y puse un: ¡Hola!Ese día me quedé hasta bastante tarde con el ordenador, a pesar de tener que pelearmecon mi hermana. Quería usarlo pero la mandé a paseo, tenía que estar ahí por si contestaba.Al final me fui a dormir súper triste, no había tenido respuesta.Al día siguiente sí contestó, era solamente otro ¡Hola! Pero ya me parecía todo un logro.Me senté delante del ordenador y me pasé media hora pensando cómo podía entablarconversación. No se me ocurrió nada ingenioso así que le hablé del videoclip de Billie.Las respuestas eran triviales y cada muchas horas, interpreté que estaba pasando de mí,igual en dos días no recibía más que una frase por respuesta. Qué le vamos a hacer,al menos lo había intentado. Estaba decidido a dejar de molestarla cuandouna tarde me escribió un mensaje bastante largo. Había estado desconectada. En seguidase puso a contarme un montón de cosas sobre sus gustos musicales ¡Qué guay!Los días fueron pasando y ninguno de los dos sabíamos nuestro verdadero nombre, sóloque vivíamos en la misma ciudad. Ni instituto ni siquiera la edad. Era más divertido así.Hablábamos durante horas, fantaseando con el futuro o simplemente desgranábamos canciones.Esas conversaciones me estaban cambiando, yo nunca había pensado antes en tener unanovia . No había tenido esa sensación de querer hablar todo el tiempo con una persona.Con ella sí me pasaba. Por eso decidí que era el momento de vernos y saber quién éramosrealmente, esa tarde se lo dije. La verdad se lo tomó genial, me dijo quetendría que inventar algo en casa pero que estaría encantada de conocerme. Así quemarcamos un día y una hora, quedamos cerca de mí casa, todo estaba yendo genial. Yollevaría un gorro azul y ella uno negro, para identificarnos.Estaba super nervioso, faltaba una semana y los minutos parecían horas. ¿Qué ibaa decirle? ¿Y si me quedaba en blanco y no podía sacar conversación? Aún por encima,en medio de mi agobio, mi hermana por casa probándose todo el armario con sus amigas.¡Qué niña más insoportable! Los últimos días pasaron extremadamentelentos, pero al fin llegó el gran día! Me senté en el banco señalado para el encuentro.No faltaba mucho para que llegara mi cita, así que los nervios fueron en aumento. Justoa la hora acordada alguien dijo hola desde una distancia prudencial. Pero era un holararo. Me giré y...¡No podía ser! ¡¡¡Era mihermana y llevaba el gorro negro!!! Nos quedamos mirándonos sin saber qué decir, ¿Acasomi hermana era la chica misteriosa? Imposible, si ella y yo no tenemos nada en común!Después de unos minutos las palabras salieron y los dos decidimos hacer como que no habíapasado nada. Sirvió para que nos conociéramos un poco más pero, ¿Como olvidar que, porunos días, estuve enamorado de mi hermana? ¡Qué asco mi vida!